Más verde que la cuenca del río Rímac, el Chillón es la segunda fuente hídrica más importante de Lima.
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Publicado: 2013-05-16
¿Alguna vez te has preguntado donde se cultivan los alimentos que consumes o el agua que sale de tu caño?. La cuenca del río Rímac es nuestra principal fuente hídrica, pero no es la única. El río Chillón nace en las alturas de la provincia de Canta y provee 4% del agua que consumen Lima y Callao, sobre todo para el cono norte de la ciudad. Tiene 75 lagunas, 845 pozos y 27 manantiales, y es la segunda cuenca más grande de Lima, después del Rímac.
La agricultura, minería, industria y el crecimiento poblacional son actividades que requieren en gran cantidad el agua pero ¿existe un manejo integrado y técnico del agua?. El valle ha perdido más de la mitad de sus tierras agrícolas y se desaprovecha un 25% de las aguas que van directo al mar.
Aunque pareciera un recurso muy abundante, es importante destacar que menos del 1% de todo el agua en el mundo es agua dulce disponible para usos domésticos, industriales, comerciales y turísticos. Dentro de ese 1% se encuentran las aguas del Chillón.
Cuidar el agua no es una moda, es una actitud responsable que todos los usuarios debemos practicar. Usar de manera responsable este recursos hídrico, en la casa, la universidad, el trabajo o donde nos encontremos, porque así contribuiremos a que las futuras generaciones y nuestros hijos gocen de un ambiente sano y sostenible.
Datos que tienes que saber
La periferia metropolitana avanza aceleradamente hacia los tres valles. Ya se apropió del 68% del Chillón (12,400 hectáreas del total de 18,000) y el 90% del Rímac (13,500 hectáreas de un total de 15,000.) Las áreas urbanas en la cuenca de Lurín ocupan el 16.6% (998 de 6,000 hectáreas).
La cuenca baja del río Chillón se encuentra permanentemente con riesgo de inundación a consecuencia de la baja capacidad de conducción que presenta el cauce del río y la presencia de los residuos sólidos en las riberas que la acondicionan para su desborde.
El Chillón, a pesar de haber perdido el 68% de su valle, aún le queda mayor área agrícola, con terrenos de calidad y con capacidad de riego para todo el año. Sin embargo, por la presión continua de expansión urbana y otras actividades humanas, corremos el riesgo de perder los servicios ambientales que nos está brindando este valle.
